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La clave para lograr este fenómeno está en los materiales de los que están fabricadas las células. Una nueva tecnología solar, inventada por el químico alemán Michael Grätzel y que ya tratan más de 200 empresas de todo el mundo, promete desarrollar ventanas que sirvan como paneles solares generadores de electricidad, a un coste mucho menor que las placas fotovoltaicas tradicionales. Así lo explica este científico de la Universidad Politécnica Federal de Lausana (Suiza) galardonado con el Premio Milennium, una especie de'Nobel' para los avances tecnológicos, en una entrevista telefónica con EFE previa a la conferencia que pronunciará hoy en la Real Academia de Ciencias de Madrid.

Grätzel asegura que inventó las células solares conocidas hoy por su propio nombre (Grätzel cells en inglés) «inspirándose en la propia naturaleza».

«Cuando salía a caminar por el campo en Suiza empecé a tomar nota de cómo las plantas obtienen la energía que necesitan del sol a través de la fotosíntesis, y comencé a pensar cómo el hombre podría hacer lo mismo», explica.

Este interés llevó al químico a desarrollar, el 1992, el primer prototipo de células solares capaces de realizar un proceso similar a la fotosíntesis para transformar en energía la luz del sol.

La clave para lograr este fenómeno está en los materiales de los que están fabricadas las células, «dióxido de titanio, que generalmente se utiliza en la base de las pinturas, y colorantes que emulan a la clorofila, y que son capaces de captar la luz y de desencadenar el proceso de la fotosíntesis».

Grätzel habla de que por el tipo de material del que están fabricadas sus células solares pueden recubrirse de vidrio por ambos lados y colocarse en los edificios a modo de ventana coloreada o incluso de fachada, con la función extra de placas solares.

Y es que los paneles fabricados con células Grätzel ofrecen la posibilidad de captar la luz, por ambos lados de la placa, en posición vertical, indica.

De hecho, el científico avanza que en un par de años veremos «ventanas o fachadas de edificios productores de energía solar» o «fotovoltaicamente activos».

¿Las ventajas respecto a los paneles fotovoltaicos tradicionales, fabricados de silicio? Los materiales para elaborar las células Grätzel son mucho más baratos y los paneles son capaces de aprovechar toda la luz del sol desde que aparecen los primeros rayos hasta que se van, ya que son igual de eficientes a 65 grados que a 20.

Los de silicio, no obstante, tienen el doble de eficiencia aunque sólo están al máximo de sus posibilidades a altas temperaturas.

El químico destaca que en un encuentro reciente celebrado en Colorado (Estados Unidos) más de 200 empresas, entre ellas algunas tan conocidas como Toyota o Solaronic, se hicieron con la patente de sus células para comenzar a fabricar aplicaciones con ella.

De momento, la empresa tecnológica G24 Innovations, con sedes en Gales y en Estados Unidos, ya produce mochilas con células Grätzel que acumulan la luz durante el día y producen energía para recargar el móvil o el iPod.

Al científico no le cabe duda de que en un par de años esta nueva tecnología estará «altamente desarrollada» y tendrá «muchísimo que ofrecer» para un futuro que Grätzel ve «claramente renovable» energéticamente.

Fuente: La Voz de Galicia

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